Primer día de trabajo

Hoy he comenzado a trabajar... a una hora intempestiva. A las diez. Pero me he tenido que esperar porque no había nadie y he empezado a las diez y media. Toma ya. Si entro a esa hora en España me despiden el primer día. Y bien. Taina, la jefa de estudio me ha estado presentando a la gente, no recuerdo ningún nombre porque entre que son unos cuarenta y los nombrecitos no son ni Pepe ni Paco, pues eso, que ni idea de cómo se llaman.
Y la verdad es que se les ve majos. Pero bueno, es el primer día. La gente me daba la mano y sonreía. Uno me ha dicho buenos días en castellano y todo.
Y me he pasado el día revisando el proyecto, instalando programas y por la tarde me he puesto a dibujar personajes como un loco pa que quede claro quien soy. Que al menos ellos lo sepan, porque yo, ni idea tú.
Y he salido a las seis... la hostia. Espero que no se enteren de las jornadas de trabajo que hacia en Barcelona porque sino, me bajan el sueldo.

Ah, y me han llevado a comer a un chino que hay al lado del estudio. Un restaurante pequeñito y barato y con comida que parecía realmente china y con una camarera que parecía sacada de un dibujo animado. Se me ha puesto a gritar como una loca porque por lo visto me preguntaba si quería cacahuetes en la comida. Tú te crees, cacahuetes en la comida. Pero le he dicho que sí, porque después del esfuerzo que ha hecho la mujer no le iba a hacer un feo. Estaban asquerosos y de buena gana se los habría tirado por el escote a una gorda malcarada que tenía delante.

Ah... y unas fotos de un restaurnte español que he visto esta mañana en el que la tortilla de patatas cuesta unos 20 euros. Creo que no iré. Mejor me monto uno y me forro.