
Me había propuesto apartar un poco de mi cabeza el tema de la guerra civil española durante un tiempo, para enfriarlo y centrarme más en cómo afectó personalmente a mi familia, centrarme más en aspectos personales que en datos. Pero incluso desde aquí, desde Helsinki, a 800 kms del círculo polar ártico, tengo que oir declaraciones de ese personaje desmadejado, cínico, decadente, repulsivo y esperpéntico que es Manuel Fraga Iribarne y nótese que no le pongo el "Don" delante porque no creo que nunca lo haya merecido personaje de esa calaña. Me parece indecente que un personaje como él, declare acerca de la ley de memoria histórica que "hubo más barrabasadas por parte del bando republicano y que los que se fueron a Méjico con "tesoros artísticos" no han tenido que rendir cuentas por estos hechos que, en su opinión, son "muchísimo más graves". Más graves que una represión de 40 años? Más grave que más de 150.000 asesinados, ejecutados con juicios falsos o de un tiro en la nuca en el nombre de Dios y de la santa cruzada? Más grave que miles y miles de muertos sin nombre enterrados en las cunetas de España y que aún siguen ahí? Más grave que los asesinatos sin juicio a maestros de la república sólo por el hecho de ser maestros? Más grave que esa aniquilación sistemática y preparada desde el principio del alzamiento, impulsada y ordenada por los mandos militares, ejecutada por los falangistas y bendecida por los obispos?
Los neoliberales de ahora, fascistas de antes, hablan de que no hay que "reabrir" heridas. No señores, el problema, es que esta herida no se reabre, esta herida sigue abierta para el bando que perdió, para el bando legítimo, para el bando democrático, para el bando que tiene a sus muertos en las cunetas. Yo por suerte no tengo a ningún familiar en una cuneta o en la tapia de un cementerio, pero si lo tuviera, estoy seguro que mi herida seguiría tan abierta como el día en que le pegaron un tiro en la nuca y lo enterraron como un perro sólo por el hecho de tener ideas demócratas. Las cunetas de España siguen llenas de muertos y permitir que sus familiares los recojan y los entierren, es una manera de cerrar heridas, no de reabrirlas. Igual que se cerraron las de los familiares de los muertos falangistas de la División Azul en el frente de Stalingrado cuando el gobierno socialista pagó la exhumación y repatriación de sus cadáveres.
Pero mis muertos, mis perdedores, siguen en fosas sin nombre.
Váyase usted a la mierda señor Fraga.

3 comentarios:
Vaya... realmente paradójico: los que no quieren reabrir las heridas, con esos comentarios, no hacen más que ahondarlas y abrirlas en mucha gente nueva, incluso, los que como tú, no tenemos a ningún familiar cercano en esas cunetas. Pero sí que sabemos lo que marcó a nuestras personas más queridas, el terror y la crueldad, el no poder siquiera abrir la boca ni pensar en sus ideales, la rabia y la tristeza contenida, el hambre...
Justo este verano he leido el libro "Los girasoles ciegos", de Alberto Méndez, del que acaban de estrenar una peli. Duro, pero muy sensible y poético, vale la pena leerlo.
Suerte que ahora, aunque con inhumanos como el Fraga sueltos por ahí, podemos decir lo que decimos, no?
Saluditos!
Hei hei!
Estoy completamente de acuerdo contigo. Ellos no quieren "abrir heridas", porque sus muertos descansan en cementerios. Saben que están allí. Pero los muertos rojos, los del bando republicano, mejor que se queden en los olivares o las cunetas, no sea que se reabran heridas... Lamentable.
Suudelma!
si, realmente lamentable, esa es la palabra, lamentable.
gracias por tu comentario :-)
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